viernes, 10 de enero de 2014

El invierno de la conciencia

La Camerata Clásica de Ponferrada, un ejemplo de
actividad inútil absolutamente imprescindible

EL otro día estuve escuchando el Concierto para violín y orquesta número 5, una pieza escrita por Mozart cuando aún no había cumplido los veinte años. Con Paula González Cuellas como violín solista, lo interpretaba la Camerata Clásica de Ponferrada, una formación orquestal creada recientemente e integrada por jovencísimos músicos plenos de talento, vocación y ganas, que son las condiciones mínimas para lanzar un proyecto artístico de este tipo en tiempos de desolación.

Dicen los especialistas que esta serie de conciertos fueron compuestos hace más de dos siglos. Mozart quería formarse un repertorio con el que viajar por las cortes europeas y librarse así de las limitaciones impuestas por el Príncipe de Salzburgo, que utilizaba su orquesta como nosotros utilizamos actualmente el Spotify: para escuchar lo que le apetecía en el momento. Mozart reacciona contra este servilismo y toma conciencia de su necesidad vital de libertad para dedicarse a la música que siente en su interior.

La lucha entre el artista y las cortapisas del mercado son tan viejas como el mundo: en el caso de Mozart con su cliente, el Arzobispo de Salzburgo, y con los espacios públicos de conciertos para cualquier músico actual. Pero la expresión artística, el conocimiento humanístico, se enfrentan en estos momentos a barreras que probablemente no existían en tiempos de Mozart y sobre las que ha teorizado el profesor Nuccio Ordine en un ensayo provocadoramente titulado La utilidad de lo inútil.

Advierte Ordine sobre la temible inundación utilitarista que todo lo cubre y que ha tomado en su poder espacios en los que nunca debía haber penetrado. Recortando presupuesto para las universidades, las escuelas, los teatros, las investigaciones arqueológicas o las bibliotecas “se está cercenando la excelencia de un país y eliminando cualquier posibilidad de formar a toda una generación”.

Tenemos, ahora más que nunca, que buscarle la utilidad a lo inútil. A esa inutilidad sobre la que se levanta el pensamiento crítico y es el horizonte que debe inspirar toda actividad humana. En ese modelo de ciudad derrotada por el capitalismo que es Detroit, ha aparecido la curiosa iniciativa de regalar una casa a aquellos escritores dispuestos a instalarse en la que fue capital del mundo del motor y a convertirse en parte activa de su futura comunidad de creadores.

Y en territorios como el de esta provincia, condenados a enfrentarse a una profunda transformación de su sustento económico o a desaparecer, es en ese tejido de lo inútil, en el que se escucha el Concierto para violín y orquesta número 5, donde tendremos que buscar la salida antes de que este invierno de las conciencias acabe por helarnos.

Fronterizos. Diario de León (10, enero, 2014)

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