viernes, 28 de junio de 2013

La entrada del gran secreto


Ciudad del Puente siempre ha sido un
lugar propicio para lo inaudito
DEBIÓ ser en la década de los sesenta del siglo pasado. Mientras en el mundo civilizado levantaban adoquines buscando la playa, fumaban porros en pelotas haciendo el amor con Jimi Hendrix o estudiaban a los situacionistas de la cultura, en Ciudad del Puente buscaban el Arca de la Alianza. Y casi la encuentran.

Hace cincuenta años, Dan Brown no era más que un adolescente de clase media que empezaba a tocar el piano, Paulo Coelho era un joven calenturiento que leía los trópicos de Henry Miller con tanta pasión que acabó ingresado en un psiquiátrico y Erich von Däniken había empezado a ver extraterrestres para disimular ante el juez que lo acusaba de estafa y falsificación.

El mundo estaba libre entonces de subliteratura templaria, de manuales de autoayuda con toneladas de filosofía barata o de historias fantásticas sobre extraterrestres que enseñaban a los mayas los secretos de la aviación. Por aquí, para evadirse, los hombres leían novelitas de Estefanía y las mujeres historias románticas de Corín Tellado, a duro la pieza y a novedad por semana.

Pero Ciudad del Puente siempre ha sido un lugar propicio para lo inaudito. Y al lado de una población que se conformaba con el vino peleón de las tabernas, había sujetos inquietos, de una diletante curiosidad y enorme imaginación. Uno era Luis San Juan.

Médico de profesión y poeta con cierta gracia para la sátira, dedicó días y noches a investigar sobre las ruinas del castillo de la ciudad con tanta pasión como aquel otro manchego devoraba libros de caballerías. Su única publicación apareció en 1976, insertada en las páginas de “El camino iniciático de Santiago”, un volumen precursor de la actual avalancha de lecturas enigmáticas sobre todo tipo de temas que tantas alegrías ha dado a la industria editorial.

En ella desarrolla San Juan una ingeniosa, enmarañada y descabellada teoría sobre la construcción de la fortaleza, proyectada con un plan que dejó marcado en su arquitectura un mensaje cifrado que permitiría llegar a sus subterráneos secretos.

“En la taca que hay en g de la ciudad cava, se sale al escape (o entrada) del gran secreto”. Ese es el mensaje que le permitió localizar la puerta de entrada a la misteriosa caverna. Una catacumba en la que “debe encontrarse algo de tanta importancia como el Arca de la Alianza”, afirma sin parpadear.

Han pasado décadas. El castillo ha sido restaurado en profundidad sin que se tengan nuevas noticias sobre esos subterráneos tan propicios para los soñadores y los visionarios. Pero el gran secreto de San Juan ha dado sus pequeños frutos y, dentro de unos días, el Arca volverá a hacer temblar los muros de la viaje fortaleza, aunque sólo sea para animar a la alicaída hostelería del pueblo.

Fronterizos. Diario de León (28-junio-2013)

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